Yo me imagino que ya todos los Boricuas saben como se siente esta pendejá. Un rush cabrón de adrenalina mezclado con el corazón hinchado de patria y un poquito de sexy porque hay que admitir que la Mónica está linda. Entonces de repente te das cuenta que acaba de ganar al menos plata. Ya es medallista. Es como un episodio de Stranger Things pero mucho mejor porque es real. ¿Y mañana vamos por oro? No me puedo preocupar ahora por buscar el itinerario; todavía estoy bajando del high adrena/patriótico de su victoria. Me siento como si hubiésemos ganado el Grito de Lares. En serio.
Todo se vuelve aún más loco cuando te das cuenta que mañana (o cuando sea) puede ser un USA vs. PR. What? A que todos los Boricuas de repente se vuelven independentistas. No lo dudo. Pues así se siente esto de ver a Mónica Puig triunfar por Puerto Rico: como ser parte de una novela del gran Gabo. En vivo, desde Macondo, Puerto Rico.
Veremos como sigue esto mañana…