El temor de toda mujer que ustedes, los hombres, no acaban de entender

Los hombres muchas veces se molestan porque las mujeres a veces estamos a la defensiva con la tiraera y los piropos. No entienden por qué a veces o muchas veces nos sentimos incómodas con la atención que nos brindan. Pues les voy a explicar.

Para empezar, desde que nos convertimos en señoritas (y no necesariamente cuando te viene la regla, sino cuando ya empiezas a soñar con los príncipes azules que te metieron por la cabeza) nos comenzaron a vender una propaganda de miedo que funciona bien duro y que gracias a Dios lo hacen, porque a muchas nos ha mantenido a salvo. ¿Cuál es la propaganda? Simple: Los hombres violan. ¿Ok? Violan; y en particular, tienen preferencia por las mujeres. Para colmo, esto te lo parean con el eterno temor de preñarte sin querer y que te tilden de puta.

Ya sabiendo esto, más o menos a eso de los 15 o 16 empieza la tiraera por la calle: Hombres extraños que te gritan “arroz” desde los carros, troqueros que te suenan la bocina en medio del expreso que casi te dan un infarto solo para saludarte y hacer un gesto de que te ves linda. Sabes que te están lookiando la falda que se te sube cuando estás sentada en el carro y ellos desde su punto elevado tienen una vista espectacular ¡Sea la madre! Ahora lo nuevo son los “friend requests” extraños.

Entonces, llegas a universidad y ves como los hombres se aprovechan de las que se emborrachan. Que les tratan de meter “rufys” en los palos para que se dejen llevar y ni se acuerden. Te encuentras que el roommate de tu pana te empezó a sobar las piernas mientras dormías. WTF ¿Qué es esto?

Desarrollas un PTSD que se extrapola a TODOS los hombres a menos que te demuestren que puedes confiar en ellos. A TODOS. Entiéndanlo. Y aunque triste, ¡qué bueno!

Yo me salvé de una gracias a esta paranoia y les hago el cuento pq recientemente unos taxistas se pusieron a perseguir a una mujer que andaba sola y en ningún momento pensaron en la cagazón que pudieron haber causado. Puñeta, carajo… ¡eso no se hace!

Hace varios años atrás, salía de mis clases de ballet, en Santurce. El parking de la escuela era un poquito lejos, caminando por una calle, no muy transitada. Este tramo SIEMPRE se caminaba en ALERTA (por los temores antes mencionados). Pues una noche, saliendo del ballet y empezando a entrar en la calle del pánico, un carro con 2 hombres me pasó por el lado. Bajaron la velocidad y me empezaron a mirar. Me cagué obvio, aproveché que había una van estacionada para meterme detrás y parar de caminar a ver si lo seguían de largo. Durante este microsegundo tuve la oportunidad de dar gracias de que el vestuario de ballet no es fácil de remover. El carro, viró a la izquierda y se detuvo justo en la esquina. Mano el tipo se bajó del carro y como que me estaba buscando y yo estaba empezando a virar para volver a la escuela y pedirle a alguien que me acompañara. En eso aparecieron dos compañeras en su carro y me ofrecieron pon al parking. ¡Gracias! Me monté más rápido que volando. El tipo que se había bajado del carro se volvió a montar en el carro y se fueron. No jodan. Yo me salvé de esa. Y por esto es que siempre estamos en fucking paranoia. Ok. Ya. Breguen con eso.

La próxima vez que una mujer no esté tan receptiva, considera esto.

 

mariceljimenez

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