Polvo
Le declaro la guerra A ese insistente intruso que siempre regresa Es mi peor enemigo Mi némesis El más sutil de los contrincantes Penetra sigilosamente buscando las esquinas Haciendo hogar de los espacios olvidados Se infiltra Se acomoda Se multiplica Intento las movidas de ajedrez Y logro provocar que baile Se burla Ligero y diminuto Salta y escapa por los aires que provoca la memoria Traidor Camaleón escondido en mis narices Poco a poco se adueña de lo palpable Me enferma Me mortifica… Pero hoy le declaro la guerra Hoy desaparece su rastro gris Hoy borro sus huellas indefinidas hasta hacer brillar mis pies… Por lo menos, hasta la próxima vez que limpie.